Después de pelar un kilo de gambas para hacerlas vestidas y teniendo ya congelado caldo para arroz no tuve más remedio que ponerme en modo creativo y pensar en algo para aprovechar las pieles y cabezas de éstas. De ahí un plato que sirvió de entrante en la cena de Noche Vieja y que, cómo algunos de esos platos de invierno, calentó cuerpo y alma.
Ingredientes:
Pieles y cabeza de gambas, yo usé las de 1 k pero estoy segura que entre 1/4 y 1/2 k hubiera sido suficiente.
1 cebolla mediana
2 patatas
4 zanahorias
2 pimientos rojos grandes
1 cucharadita de pimentón de la vera, a ser posible ahumado
1 chorro generoso de vino blanco
1 o 2 dientes de ajo
sal
maicena por si necesitamos espesar la crema
Elaboración:
- asar los pimientos, pelar y reservar
- echar un chorro de aceite en una cazuela y añadir las cabezas y pieles de las gambas
- cuando han cambiado un poco de color agregar la cebolla en gajos
- una vez tierna la cebolla y consumido el líquido que hayan soltado agregar una cucharadita de pimentón y rápidamente, para que no se queme, un poco de tomate frito (3/4 cucharadas soperas) y un chorro de vino blanco que dejaremos evaporar.
- incorporar las patatas y zanahorias troceadas y marear un poco.
- verter agua abundante para hacer un buen caldo y cocer durante media hora a fuego no muy alto
- juntar todos los ingredientes con parte del caldo, la carne de los pimientos y el ajo en la batidora y triturar.
- pasar por el chino para eliminar posibles restos de pieles y añadir del resto del caldo
- en este momento y dependiendo la textura que nos guste, llevamos a ebullición y espesamos con un poco de maicena si es necesario.